Es sencillo pero profundo, fácil e increíblemente poderoso. La sexta bienaventuranza de Jesús es un desafío que cada creyente enfrenta. Se tiene o no se tiene pues no existe un término medio.
“Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios”
Cuando analizamos las Bienaventuranzas y aceptamos que somos pobres de espíritu, en nuestra incapacidad de poder hacer algo por nuestra condición de pecadores hemos entendido esto y aprendido a llorar por el pecado que nos asedia, además comprendimos la verdad acerca de la naturaleza del yo y su gran egocentrismo, eso que nos hace ser soberbios y altivos pero que por la gracia de Dios nos lleva a ser mansos y despierta en nosotros ese apetito, esa hambre y sed de ser justos nos conlleva a ser misericordiosos es ahora que entendemos el orden en cuanto a la felicidad de los limpios de corazón.
Un Corazon Limpio
Dios es dueño de todo cuanto existe, lo único que El nos dio y respeta nuestra decisión es nuestra voluntad que emana de aquello que es nuestro corazón. Tu pones allí lo que tú quieras y El siempre va a respetar esa decisión, sin embargo el tiene un consejo cuando nos dice: “A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia” Deuteronomio 30:19
No se puede tener un corazón puro teniendo las manos sucias o contaminadas. David hace una pregunta en el salmo 24 “quien subirá al monte de Jehová y quien habitara en su lugar santo?” La respuesta trae un oren inalterable “el limpio de manos y puro de corazón”. El corazón almacena lo que las manos han atesorado. Con las manos no solo trabajamos y estudiamos cada día, no solo proveemos amor a nuestros seres queridos y a aquellos necesitados, con nuestras manos hacemos negocios, tomamos libros y revistas para leer, navegamos por diferentes paginas en la web.
Un Corazón limpio no solo es percibido y notado por quienes le tratan y viven cerca, además contagia a sus futuras generaciones pero más allá de ello tiene el privilegio de aclarar la visión al punto que puede ver a Dios tal y como El es. Como Pablo le dijo a su discípulo Timoteo: “…no participes en pecados ajenos. Consérvate PURO” I Tim 5:22
Vive una vida de pureza, se Feliz!