La revista Forbes enumera las personas más adineradas del mundo. Entre ellas esta Larry Ellison en quinto lugar con tan solo 50.3 billones de dólares. En cuarto lugar aparece el español Amancio Ortega con 57.7, luego ascendiendo esta Warren Buffett en la lista con 70.3. El segundo lugar lo ocupa el mejicano Carlos Slim con 80.1 y el primer lugar es para Bill Gates con 82.1.
Lo que estos hombres ricos tienen en común es que el dinero ha hecho un impacto en sus vidas. A sido tan fuerte que ha afectado no solo los años, meses o días que les reste sobre esta tierra, pero también cuando abran sus ojos al otro lado del rio en la esfera de la eternidad. El cuidar tanto dinero y el querer acumular solo un poco más, no les ha dejado vivir en libertad y comprender el plan que Dios tiene para sus vidas.
Pero que de aquellos que no manejan esas cifras? Que de aquellos que no amasan esas exorbitantes cantidades, pero a los que el dinero no les deja dormir? Especialmente, que de aquellos creyentes en Jesucristo, nacidos de nuevo que no han logrado entender que la provisión de Dios viene solo de El y no de lo que haya en mi cuenta bancaria? Si pensamos en contentamiento, es decir estar feliz teniendo lo “necesario” esa frase es imposible de entender para los hombres anteriormente mencionados. Pero que tal tu? Podría Dios demostrarle al enemigo como lo hizo con Job que no son las posesiones materiales tu objeto de adoración? Podría el demostrar que en lo mucho o en lo poco puedes ser hallado fiel? El Apóstol Pablo aclara lo fácil que es romper esa fidelidad y con ello la libertad al decir: “ Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.” (1 Timoteo 6:9-10) Hemos llegado al mundo con nada y saldremos de igual manera, mientras tanto, que estás haciendo con los recursos que Dios pone en tus manos? En donde está tu tesoro? por mucho o por poco dinero en mis arcas, puedo decir que yo lo controlo? o es el dinero quien me controla a mi?