“Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto: Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto.” (Apocalipsis 3:1)
Roberto Méndez Hurtado un narcotraficante que vivía en una isla y que era conocido como “pluma blanca” aparecía como muerto según los registros de las autoridades. Este hecho le permitía delinquir sin ser rastreado pero al mismo tiempo le otorgaba todos los obstáculos para su diario vivir. No podía comprar, no podía vender, no podía tener una cuenta bancaria o un historial crediticio, tampoco podría elegir o ser elegido en el sistema democrático de su país, en pocas palabras no existía aunque estaba con vida. En su quinta carta Jesús exhorta a la iglesia de Sardis con unas contundentes palabras que si se toman con la seriedad que merece, revela el estado de la iglesia y del creyente respecto a su ciudadanía celestial. Es posible que muestre signos vitales al hablar de Dios y mantener una rutina que enseñe a la comunidad una persona con señales de devoción pero en realidad sus derechos como ciudadano celestial han sido removidos y por mas que reclame, la escritura aclara que no solo con palabras se logra pues “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21).
“Pluma blanca” necesitaba actualizar sus datos en la registraría de su país para recibir todos los derechos y deberes que le pertenecían; de igual manera Jesús advierte “Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir” (Apocalipsis 3:2) pues el deterioro de alguien que fue comprado y lavado por la sangre del cordero que es gradual y poco a poco desvanece su fe y cuya señal esta en las obras que se dejan ver cada día puede ser reversado mediante el arrepentimiento y regreso al refugio de la cruz.Podría Jesús hallar tus obras perfectas delante de Dios hoy? Si tus obras engrandecen a Dios, eres libre! (Efesios 6:6) Si por el contrario tus obras buscan la aprobación humana y dejan a un lado la aprobación divina, entonces eres esclavo y estas en grande peligro.
“Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno.” (Salmo 139:23-24) Que esta sea tu oración decidida y sincera hoy. Si hay algo que enderezar, adelante este es un buen momento no hay tiempo que perder pues tu no quieres que tu nombre sea BORRADO del libro de la vida (Apocalipsis 3:5). Si tus pasos son agradables a los ojos de Dios, afírmalos y disfruta de la felicidad que consecuentemente se genera. Se trata de ti y tu Creador, vive para el, hónrale con tu vida, Se FELIZ!