Todas las personas en algún punto de la vida enfrentamos críticas. Algunas de ellas son constructivas, bien intencionadas, buscando siempre la perfección y el bienestar del criticado; estas se conocen porque se hacen de manera directa cara a cara y en amor. Sin embargo la mayoría de las críticas que no traen el mismo aroma, por el contrario son destructivas, son mal intencionadas y dirigidas a destruir, llevan el sello de ser lanzadas a espaldas del criticado.
La Biblia relata la historia de 3 hermanos que atraviesan una crisis familiar y nacional por las críticas de Miriam (María) y Aarón contra Moisés por asuntos que eran absolutamente irrelevantes. El origen de estas críticas nació del corazón de estos dos hermanos que dejaron germinar en su corazón las semillas de envidia y celos. Y es que generalmente el origen de la critica absurda, que trata de derribar a una persona nace de estos sentimientos que si no se tratan una vez se detectan, pueden causar un daño devastador tal y como le sucedió a Miriam y Aarón afectando toda la congregación de Israel. Si tu eres esta clase de critico y participas de este ambiente destructivo debes arrepentirte dando un giro radical hoy mismo buscando el perdón. David escribió: “Quien su dinero no dio a usura, Ni contra el inocente admitió cohecho. El que hace estas cosas, no resbalará jamás” (Salmo 15:5) No inicies criticas destructivas y no toleres a quienes tratan de involucrarte en ellas, mas bien busca la dirección divina si enfrentas una situación delicada y sigue los pasos bíblicos a fin de construir y buscar la perfección y el bienestar de quienes Dios a puesto a tu lado.