El Poder de La Unidad del Cuerpo de Cristo

hor“Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos,  para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.” (Juan 17:20-21)

Podemos considerar a la colonia de hormigas como un solo individuo cuyas partes funcionan sincrónicamente, no hay fallos, no importa el tamaño del enemigo, centenares de miles de pequeñas mandíbulas darán cuenta de este. Tienen estos animales una gran capacidad para colonizar nuevos hábitats, con una gran capacidad de expansión, su gran número, literalmente les desborda, generándose superpoblaciones de hormigas. Las hormigas tienen una clara función de control de plagas, sin ellas los cultivos no existirían, y pueden acabar con cualquier plaga de insectos.

La iglesia de Cristo esta llamada a mostrar al mundo el perfecto modelo de unidad, si bien existen muchas denominaciones, ministerios y misiones el propósito central es la claridad bíblica de la gracia dada por Dios al mundo a través del sacrificio de su hijo Jesucristo por quien vivimos y somos y nos movemos (Hechos 17:28)

El concepto contrario a la unidad es la división, Jesús afirmo: “Si un reino está dividido contra sí mismo, tal reino no puede permanecer” (Marcos 3:24). El enemigo entiende este concepto y trata de desbaratar el cuerpo de Cristo (La iglesia) creando división en ella. Como puede ser abolida esa división? El apóstol Pablo escribió la formula de la verdadera unidad en el espíritu al decir: “Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz” (Efesios 4:1-3)

Si tu eres parte del cuerpo de Cristo tienes el privilegio de hacer tu parte en esta unidad. Como puedes comprobar si lo estas logrando? Toma las palabras del apóstol Pablo y pregúntate a ti mismo: Estoy andando como es digno de la vocación con que fui llamado? Estoy actuando en humildad? Ve la gente en mi mansedumbre? Tengo la capacidad de soportar con paciencia a los demás miembros de mi familia en Cristo con amor? Estoy siempre dispuesto a guardar la unidad del Espíritu en torno a la paz?

Se parte activa y vital del cuerpo de Cristo. Únete a los demás creyentes y con amor y disciplina trabajemos en fe para alcanzar a quienes están perdidos y alejados de Dios. Únete a la causa de Cristo, se feliz, vive para El!