El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él. (Juan 3:36)
Un regalo puede ser aceptado o rechazado a la conveniencia de quien lo recibe. Sin embargo rechazar un regalo de algo que es esencial para la vida y que de ninguna manera se puede comprar porque su precio esta fuera de nuestro alcance, demanda mucha mas responsabilidad en lo que consecuentemente acarrea. Quien provee el regalo tiene toda la libertad de enojarse con quien lo ha rechazado cuando ve que por su terquedad esta sufriendo las consecuencias que habrían podido ser reversadas si hubiese aceptado el regalo.
Dios nos creo para ser sus amigos pero el pecado nos separo de él y consecuentemente nos dio la sentencia establecida como resultado del pecado y esa es la muerte. La muerte es una separación fuerte y dolorosa que no tiene reversa. Dios en su inmenso amor por nosotros sus creaturas formadas a su imagen y semejanza proveyó el remedio para sanar esa falta y restaurar la vida para vivir eternamente con el. Dios dio lo más preciado y valioso por el rescate de nuestros pecados, sin embargo el hombre se ve en la actitud de rechazar semejante remedio que sanará de una vez y con certeza el dolor de la separación con el amoroso creador. Quienes hemos recibido el regalo de la vida eterna creyendo en la obra sublime de Jesús en la cruz, podemos testificar lo que se siente en el interior al haber nacido de nuevo. El creer en Jesucristo nos ha dado la vida eterna, la seguridad de estar con Dios por siempre y para siempre disfrutando de su amor y bondades por el resto de la eternidad. Quienes lo rechazan no tienen la oportunidad de nacer de nuevo y están destinados no solo a no ver la vida eterna, también a que la ira de Dios este sobre ellos.
Dios tiene hijos… él no tiene nietos! Así que si tus padres o familiares mas cercanos tienen la vida eterna, han nacido de nuevo eso no te hace salvo a ti. Tu debes decidir por ti mismo, debes aceptar el regalo de la vida eterna mientras hay ocasión, una vez la puerta se cierre ya no habrá mas oportunidad y tendrás que esperar con asombro la consecuencia nefasta de la ira de Dios sobre ti. Estas dispuesto a recibir la vida eterna? En este mismo instante, ahí donde te encuentras tu puedes nacer de nuevo. Solo abre tu corazón, reconoce que eres pecador y arrepiéntete, acepta a Jesús en tu vida como tu Señor, tu Dios y tu mejor amigo, ya veras como la vida llegara a ti de manera instantánea y con ella la felicidad de ser amigo de Dios por el resto de la eternidad.