Entonces dijo Dios a Jonás: ¿Tanto te enojas por la calabacera? Y él respondió: Mucho me enojo, hasta la muerte. (Jonás 4:9)

La felicidad (del latín felicitas, a su vez de felix, “fértil”, “fecundo”) es un estado emocional que se produce en la persona cuando cree haber alcanzado una meta deseada. Tal estado propicia paz interior, un enfoque del medio positivo, al mismo tiempo que estimula a conquistar nuevas metas. Se define como una condición interna de satisfacción y alegría.

La historia de Jonás nos revela al Dios compasivo que brega constantemente con sus hijos, especialmente con aquellos que en medio de su ministerio no han alcanzado la madurez y la felicidad que Dios ha diseñado. La felicidad viene del interior y no se altera por lo que ocurre en el exterior cuando está sólidamente sembrada y mantenida.

El sabio Salomón en su discurso en Eclesiastés relata su afán por encontrar la felicidad en todos los placeres que ofrece la vida para concluir que todo es solo vanidad y aflicción de espíritu.

Enfocar tu mirada, tus objetivos y tu corazón en cosas insignificantes que hoy son y mañana desaparecen es un error gravísimo al que Jonás accedió y en su vergüenza decidió relatarlo en su biografía para que tú y yo no enfoquemos nuestra vida en aquello que no trae salvación, en aquello que no nos va a inundar de verdadera y autentica felicidad. Que te hace feliz? Tu respuesta sincera revela lo que hay en tu corazón y allí tu eliges… alegría parcial y corazón vacio? O verdadera felicidad y continuo gozo y paz. Mucha paz tienen los que aman tu ley,Y no hay para ellos tropiezo.(Salmo 119:165)