Fortaleza en la Debilidad

fortalezaPor lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte. (2 Cor 12:10)

Un niño de 10 años decidió aprender judo a pesar de haber perdido su brazo izquierdo en un accidente.

El joven comenzó sus clases con un entrenador japonés. Animado y después de tres meses de entrenamiento el joven le pregunto a su maestro porque solo le había ensenado solo un movimiento, “acaso no puedo aprender mas movimientos?” dijo el muchacho; “este es el único y suficiente movimiento que necesitas aprender” le dijo el entrenador, sin entenderlo pero confiando en su entrenador el muchacho continuó su entrenamiento.

Meses después el joven participo en su primer torneo, gano los primeros dos combates con facilidad, luego el tercero era mas difícil pero su oponente se impaciento e intento atacar y el muchacho uso su movimiento para ganar.
Sorprendido por sus éxitos el muchacho llego a la final, esta vez con un oponente grande, fuerte y con experiencia. Por un momento parecía que el muchacho perdería fácilmente, y preocupado porque el muchacho saliera lastimado el réferi intento suspender el combate. El entrenador intervino, “No” insistió el entrenador, “que el combate continúe”
Tan pronto se reinicio el combate el oponente cometió el grave error de bajar la guardia a lo que el muchacho instantáneamente uso su acostumbrado movimiento y gano el campeonato.

De regreso a casa los dos felices hablaron de cada combate y con curiosidad el muchacho le pregunto a su maestro como fue posible ser campeón usando solo un movimiento. “Tu ganaste por dos razones” le dijo su maestro, “en primer lugar tu has aprendido a manejar con maestría uno de los movimientos mas difíciles en judo. Y segundo, la única defensa para el oponente a  ese movimiento es agarrar tu brazo izquierdo”

La debilidad más grande del muchacho se convirtió en su mayor fortaleza. Dios puede usar tus debilidades para mostrarte a ti y al mundo alrededor tuyo su grandeza y su poder. La pregunta es: estas dispuesto a servirle?