barcaPorque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. (2 Timoteo 1:7)

El plan de Dios con cada ser humano es revelarse asimismo y enseñarle a completar la misión para la cual hemos sido creados. En su infinita sabiduría y gracia Él nos da las herramientas necesarias para hacer el trabajo y jamás coloca sobre nuestros hombros un peso más alto de lo que podamos resistir. El mantenerse dentro del lineamiento de su voluntad y aceptar su poderosa ayuda, haciéndole el centro de nuestra vida, garantiza la victoria sobre las dudas, las debilidades, el rechazo y la falta de valor. Su espíritu nos alienta, su autoridad nos inspira, su ternura nos afirma y en retribución a ello no tenemos una mejor manera de agradecerle a El que rendirse de manera incondicional a su majestuosa gracias y obedecer a sus mandatos.

El buscar la fuente de poder, amor y dominio propio en otro lugar crea heridas y sinsabores que poco a poco destruye nuestra vida y nos aleja de El. Es como intentar navegar una nave en altamar con remos haciendo todo nuestro esfuerzo para mantener el curso y el ritmo mientras el motor se mantiene disponible pero apagado dentro de la embarcación.

Inicia hoy un nuevo día, prende ese poderoso motor que impulsara tu embarcación y permite que Dios sea el capitán guiándote cada minuto a los lugares que solo El puede llevarte a saborear el triunfo Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento.” (2 Corintios 2:14)